jueves, 28 de agosto de 2008

Itsván ¿tienes tinta morada?

Hola, soy Harlan ¿te acuerdas que nos escribimos a principios de año? Pues hasta ahora pude resolver los acertijos de Kemp (¡odiosos si me preguntas!) por fin podemos volver a comunicarnos... Estoy haciendo un nuevo cuadro, pero me hace falta tinta morada. ¿Tendrás un poco? Quizá cuando nos veamos... Intercepté un mensaje de un tal Igorino Sierra ¿lo conoces? Me enteré que organizarán un desayuno anual para noviembre, me agradará conocerte en persona, y a los demás, claro... ¿sabes que somos más de 5000? Lo vi en un reporte confidencial de la tal Helga... Esto se está conviertiendo en el mundo para soñar que siempre deseaste, aunque como todos los deseos, y de verdad lo siento, es obvio que tuvo su trampa... Pero nimodos, diría mi hijo ¿te he contado de él? Es lo único que no podré olvidar cuando olvide todo lo demás. ¡Ay, me duele el pecho! ¿a tí no te ha dolido? en fin, no tardes en contestar... Te encargo la tinta ¿vale? y cuéntame, te lo pido ¿nuevos garabatos para los dioses? No vayas a dejar de imaginar Itsván, sabes que será la única manera de salir de aquí... algún día.

Xacca dice:

Soñé que… ¿qué fue? ¿quién era el hombre que me hablaba por el altavoz?… ay, me duele el pecho, no debí dormirme sentada frente a la pantalla… pero es que quería vigilarla, estar segura de que no aparecía algo en ella mientras dormía, algo que me diera una pista.

¡Oh! ¿te burlas? Sé que me lees, cada vez que pulso enter aparece ese letrero (“mensaje enviado”) A algún lado deben enviarse mis letras… Tú, contesta de una vez, el que está leyendo ahí con su enorme barriga y sus anteojos de libélula, con ese bigote tan rubio y tus manos rechonchas cubiertas de manchas de edad. Así eres, y también tienes muy mal genio, lo sé porque sólo las personas con mal genio se hacen las interesantes, se ocultan en silencios cobardes y perversos, ignoran a los observadores para no ser descubiertos en su propias faltas. Pero estoy empezando a cansarme y mañana, si no te dignas a explicarme qué demonios es lo que aquí sucede, dejo de comer. Estoy hablando muy en serio así que para de reírte. Sí, no me importa quedar en los huesos y sentir el dolor del hambre… el dolor del hambre…

Pero… ¿acaso te importa?

¿Y si vine aquí a morir? Debe haber una forma de romper los candados de esta pantalla azul, seguir las rutas de archivos hasta descubrir a dónde es que van mis palabras… No hay menús, ni buscadores, no hay ligas…

Y tú ahí, asintiendo tu sádica sonrisa con tu cabezota de melón. Pero sabes, tengo algunas ideas, no me rendiré tan fácil y se te quitará esa mueca de la cara...

Combinaciones de teclas... Sí, las combinaciones de teclas siempre me han funcionado... ¿siempre?

“Crtl + shift + pa de pantalla azul
“Crtl + shift + x de xacca
“Crtl + shift + xacca montes”
“Crtl + F1 + xacca montes”…


(y de pronto...)

“abriendo interfaz onírica de Xacca Montes”

“desplegando información de caso”

“recuperación de mensajes correspondientes al expediente 251331-T”

“Helga dice: Jarvis: Revisa los sueños de la última semana de la traidora, la lectura no indica mucho y ni ella ni nosotros sabemos que pasa por su cabeza, avísame.”

¡Sí! ¡Puedo leerte! ¿Me lees tú? ¡Ey! ¡Aquí estoy! ¿Helga te llamas? Así se llaman mi hermana y mi maestra de música ¿puedes creerlo? ¡Qué linda coincidencia! ¿No te parece? Cuéntame, ¿quién es Jarvis? … ¿Los sueños? ¡Cuánta emoción! Pensé que quedaría aislada de todo para siempre, pero ahora… ¿traidora? Así me dijeron cuando… ¿hablas de mi? ¿Con quién hablas de mí? ¿Helga? ¿Puedes leerme? ¿qué es lo que está pasando?

miércoles, 20 de agosto de 2008

Entre los garabatos de István

Son días de largos sueños y cortos caminos, son desvelos de deseos distantes, son suspiros donde recuerdo haber sido del color de la luna, y relámpagos los que me descubren ante una indescifrable sonrisa...

Abre sus enormes ojos proyectados en la pantalla y yo me olvido de respirar.

Cuando lo busco, es la espina que se entierra en el corazón de mi trastorno; cuando lo veo, es el polen de la amapola que escondo en mi respiro; cuando desaparece, es la pluma con la que no quiero conversar...

Volteé sobre mi hombro y no había nadie, miré el teclado y no había escrito nada, pero él seguía ahí, entre la luz de la pantalla reflejada en mi rostro.

Y yo continúo delatando mis inexistentes recuerdos, por eso prefiero no hablar, y escribiendo les pido a quienes con insomnio sepan leer entre imágenes, consejos para crear los disfraces que me ayuden a abrir la puerta de aquel que sin llave y con luz me encierra.

martes, 19 de agosto de 2008

Memorias de Kemp

El ronroneo de la maquinaria combinado con el aire rítmico que liberan los pistones me pone de buen humor.
Es más fácil adaptarse a este trabajo si no piensas en la cantidad de almas que tienes bajo tu responsabilidad y mejor te ocupas en los pequeños detalles bondadosos que este o cualquier trabajo te dan.
Su sonido es cautivador, y es un poco triste que su propósito sea bello y cruel a la vez.

Soy Jarvis Kemp, mis compañeros y los internos de aquí me dicen Kemp; ya ni saben como me llamo. La Directora me dice "hey tú", mi mujer me dice "oyes", sólo Helga me dice Jarvis.
Son ya cuatro años desde que comencé y no me han reportado una sola vez. A todos los T.E.O. (Técnicos de Encantamiento Operativo) los reportan no bien terminado el primer semestre. Y es que lo que tenemos en nuestro poder es lo que para mí representa la vida.

Soy T.E.O. por elección propia y, a diferencia de todos los que trabajan aquí, solicité ser capacitado para manejar esta lindura de máquina: La ON-RK-40000. Quizás junto con esta pantalla y este teclado, es el invento más importante del ser humano en estos tiempos.

No profundizaré mucho en su funcionamiento de ingeniería y alquimia avanzadas, pero su objetivo, y por ende mi oficio, es simple: fotografiar los sueños de los internos e imprimirlos en delgadas láminas de hielo que clasifico cuidadosamente. En mis tiempos, durante la capacitación nos explicaban exactamente qué papel jugaba nuestra función en la gran orquesta de estas instalaciones. Gracias a eso sé bien que estas láminas son pruebas contundentes de la culpabilidad de los internos. Nuestros psicólogos las examinan y diagnostican a los sujetos para colocarlos en tal o cual ala. A los nuevos ya sólo les enseñan a operar la máquina, para muchos es igual archivar expedientes que operar este milagro.

Por eso es que hoy decidí comenzar a escribir mis memorias en esta pantalla antes de que mis memorias sean solamente cómo le quito las memorias a los demás, porque eso sí, la bella máquina tiene su cuota filosófica y retira las memorias relacionadas con ese sueño, así que es difícil saber qué se olvida pues, mientras unas placas son claras referencias reales, otras son francos disparates que sólo Dios sabe con qué memoria están conectadas. Pero todo, absolutamente todo, lo que el interno trae en su cabeza lo irá perdiendo en cada sesión mensual con los T.E.O.s.

Además sé que pronto ocurrirá algo, pues cada vez hay más culpables que ya no saben ni porqué están aquí. Es como tener un puñado de perros dementes esperando el momento en que abran la puerta del jardín por accidente...uy, si me permitieran hablar con ellos en cada sesión, les contaría las atrocidades que cometen sólo para ver que sueñan después.

Por lo pronto será escrito lo que sueño, lo que recuerdo, lo que me gusta, lo que me pasa, y lo que no me gusta también. Una parte de mí quiere que nadie se entere, aunque otra le gusta la idea de dejar imágenes a otros, como las que los internos son forzados a regalarme.

Mi descanso termina pronto, pronto vendrá el descanso del siguiente y Helga pronto tendrá que alimentar a los internos de la sesión de hoy. Estoy contento de comenzar estas líneas, seguro que soy el primer T.E.O. que lo hace. Eso me convierte en el guardián supremo de las memorias de este lugar, pues aquí resguardo las mías y en el congelador las de los demás.

Un mensaje de la interna nueva aparece en mi pantalla de correo...pero no lo puedo abrir. Qué extraño, revisaré la red. Eso sí me jode. Las nuevas funciones asignadas por la Directora nos quitan tiempo para clasificar las placas. Además esos ni son sueños, lo más común es que sean mensajes de auxilio, o diarios...como el mío.

Las 4:40, mejor me apu

miércoles, 13 de agosto de 2008

Habla Xacca

Cada vez que aprieto la tecla “enter” aparece en mi pantalla azul un aviso que dice “mensaje enviado” ¿es cierto? ¿alguien puede leer lo que aquí escribo? Este monitor es lo único que tengo hace varios días, hasta el momento sólo he escrito palabras sueltas de auxilio. Sí. Tengo la esperanza de que alguien me lea.
¿Hola?
¿Hay alguien del otro lado?
Este cuarto es oscuro, como cualquier calabozo, pero no puedo quejarme de la ventilación ni del clima, todos los días encuentro, después de tantear, un plato con comida y un bote de agua; por lo general aparecen a unos cuatro metros de donde están el monitor y el teclado, probablemente ahí hay una puerta, pero cuando paso mis palmas buscándola no logro distinguirla, es todo tan liso, resbaloso... sin pliegues, ni olores, ni temperatura, sin humor…
¿Alguien me lee? ¿Qué caso tendría escribir si nadie lo hace? Sólo puedo esperar… aunque no sé si podré recibir una respuesta ¿esta máquina tendrá una aplicación para recibir o sólo servirá para enviar? Entonces quizá valga la pena que siga insistiendo… Tú ¿puedes ayudarme? ¿existes?
Llegué aquí hace días, creo, la verdad es que no puedo medir el tiempo, lo intenté, me puse a contar: un melón, dos melones, tres melones, cuatro melones… pero luego me quedé dormida. Cuando desperté no supe cuántos melones había soñado.
No sé cómo llegué aquí aunque sí sé por qué. Cometí un crimen, y debió ser uno muy grave porque de otra manera no estaría condenada a esta prisión; cuando me trajeron yo no podía ver más que la venda sobre mis ojos, pero escuché que me abucheaban distintas voces aisladas: una a mi derecha, un par a mi izquierda, alguna que venía de arriba: me llamaban "traidora".
Lloré mucho, hasta que me dolió la garganta de gemir, entre más lloraba más olvido, ahora no recuerdo más… Pero no hagas caso a eso (si es que existes) que no te pido ayuda para salir, si cometí un crimen debo pagar por él... Sólo ayúdame a no volverme loca… ¿lo estaré ya? Escribiéndole a un alguien que quizá no esté ahí… ¿me responderás? Tú… ¿estás ahí?