martes, 19 de agosto de 2008

Memorias de Kemp

El ronroneo de la maquinaria combinado con el aire rítmico que liberan los pistones me pone de buen humor.
Es más fácil adaptarse a este trabajo si no piensas en la cantidad de almas que tienes bajo tu responsabilidad y mejor te ocupas en los pequeños detalles bondadosos que este o cualquier trabajo te dan.
Su sonido es cautivador, y es un poco triste que su propósito sea bello y cruel a la vez.

Soy Jarvis Kemp, mis compañeros y los internos de aquí me dicen Kemp; ya ni saben como me llamo. La Directora me dice "hey tú", mi mujer me dice "oyes", sólo Helga me dice Jarvis.
Son ya cuatro años desde que comencé y no me han reportado una sola vez. A todos los T.E.O. (Técnicos de Encantamiento Operativo) los reportan no bien terminado el primer semestre. Y es que lo que tenemos en nuestro poder es lo que para mí representa la vida.

Soy T.E.O. por elección propia y, a diferencia de todos los que trabajan aquí, solicité ser capacitado para manejar esta lindura de máquina: La ON-RK-40000. Quizás junto con esta pantalla y este teclado, es el invento más importante del ser humano en estos tiempos.

No profundizaré mucho en su funcionamiento de ingeniería y alquimia avanzadas, pero su objetivo, y por ende mi oficio, es simple: fotografiar los sueños de los internos e imprimirlos en delgadas láminas de hielo que clasifico cuidadosamente. En mis tiempos, durante la capacitación nos explicaban exactamente qué papel jugaba nuestra función en la gran orquesta de estas instalaciones. Gracias a eso sé bien que estas láminas son pruebas contundentes de la culpabilidad de los internos. Nuestros psicólogos las examinan y diagnostican a los sujetos para colocarlos en tal o cual ala. A los nuevos ya sólo les enseñan a operar la máquina, para muchos es igual archivar expedientes que operar este milagro.

Por eso es que hoy decidí comenzar a escribir mis memorias en esta pantalla antes de que mis memorias sean solamente cómo le quito las memorias a los demás, porque eso sí, la bella máquina tiene su cuota filosófica y retira las memorias relacionadas con ese sueño, así que es difícil saber qué se olvida pues, mientras unas placas son claras referencias reales, otras son francos disparates que sólo Dios sabe con qué memoria están conectadas. Pero todo, absolutamente todo, lo que el interno trae en su cabeza lo irá perdiendo en cada sesión mensual con los T.E.O.s.

Además sé que pronto ocurrirá algo, pues cada vez hay más culpables que ya no saben ni porqué están aquí. Es como tener un puñado de perros dementes esperando el momento en que abran la puerta del jardín por accidente...uy, si me permitieran hablar con ellos en cada sesión, les contaría las atrocidades que cometen sólo para ver que sueñan después.

Por lo pronto será escrito lo que sueño, lo que recuerdo, lo que me gusta, lo que me pasa, y lo que no me gusta también. Una parte de mí quiere que nadie se entere, aunque otra le gusta la idea de dejar imágenes a otros, como las que los internos son forzados a regalarme.

Mi descanso termina pronto, pronto vendrá el descanso del siguiente y Helga pronto tendrá que alimentar a los internos de la sesión de hoy. Estoy contento de comenzar estas líneas, seguro que soy el primer T.E.O. que lo hace. Eso me convierte en el guardián supremo de las memorias de este lugar, pues aquí resguardo las mías y en el congelador las de los demás.

Un mensaje de la interna nueva aparece en mi pantalla de correo...pero no lo puedo abrir. Qué extraño, revisaré la red. Eso sí me jode. Las nuevas funciones asignadas por la Directora nos quitan tiempo para clasificar las placas. Además esos ni son sueños, lo más común es que sean mensajes de auxilio, o diarios...como el mío.

Las 4:40, mejor me apu

1 comentario:

armadoypeligroso dijo...

Jarvis:
Revisa los sueños de la última semana de la traidora, la lectura no indica mucho y ni ella ni nosotros sabemos que pasa por su cabeza, avísame.

Helga