Son días de largos sueños y cortos caminos, son desvelos de deseos distantes, son suspiros donde recuerdo haber sido del color de la luna, y relámpagos los que me descubren ante una indescifrable sonrisa... Abre sus enormes ojos proyectados en la pantalla y yo me olvido de respirar. Cuando lo busco, es la espina que se entierra en el corazón de mi trastorno; cuando lo veo, es el polen de la amapola que escondo en mi respiro; cuando desaparece, es la pluma con la que no quiero conversar... Volteé sobre mi hombro y no había nadie, miré el teclado y no había escrito nada, pero él seguía ahí, entre la luz de la pantalla reflejada en mi rostro. Y yo continúo delatando mis inexistentes recuerdos, por eso prefiero no hablar, y escribiendo les pido a quienes con insomnio sepan leer entre imágenes, consejos para crear los disfraces que me ayuden a abrir la puerta de aquel que sin llave y con luz me encierra. |
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